Los juegos tradicionales se mantienen vivos en el sur de Quito.

Al sur de que Quito en el barrio Mena 2 el juego tradicional de los cocos se me mantiene vivo. Aproximadamente a las seis de la tarde “los abuelitos” – como los conocen en el barrio- empiezan a llegar a las canchas de la 41 para jugar a “los cocos”.

“El que llega primero debe empezar a preparar la cancha” comenta don Luis, luego de saludar a sus compañeros de juego. Abrigados con grandes chompas, gorros y bufandas para aguantar el tenaz frio que caracteriza al barrio van llegando de a poco al lugar y se preparan para jugar.

Son un grupo de aproximadamente 13personas, la mayoría de ellos de la tercera edad pues solo Paco, Andrés y Mario no sobrepasan los 45 años.

El juego inicia con un mínimo de 5 personas que pueden jugar de manera individual o en pareja pero todos apostando. La apuesta va desde los 50 centavos hasta un dólar, dependiendo la ocasión y lo que acuerden los participantes.

Ubicados a aproximadamente 40 metros de la circunferencia de unos dos metros, los abuelitos empiezan a la lanzar sus rulimanes (objeto que remplazó al coco) uno a uno buscando ser el que más lejos llegue. “Si el ruliman queda dentro de la bomba ya está muerto” explica Manuelito.

La segunda fase del juego consiste en coquear al oponente y sacar cocos del círculo, por estas maniobras cobrarán de la caja general diez o cinco centavos dependiendo del acuerdo.

“Los que van muriendo van a comprar la cola y el pan” cuenta Don Miguel mientras toma el dinero de la caja común en la que se guarda el sobrante de dinero de cada partida. Luego de un pequeño descanso están listos para continuar jugando hasta que de a poco la cancha de tierra va quedando vacía.

Edith Miranda, vecina del barrio comenta que todos los días cuando baja a comprar se detiene a ver jugar a los abuelitos “siempre me quedo viendo un rato el juego, es divertido ver como se pelean y hacen chistes”.

"Marido tienes" grita don Luis cuando Paco (su compañero de juego) intenta matarlo.

No hay día que no jueguen dicen los moradores, “ni a misa han de ir tan puntuales” comenta Manuel Siza mientras atiende a quienes llegan a su carrito en el que vende agua de sábila y otros remedios naturales.

Las canchas de la 41 en la Mena 2 son cuna de tradiciones pues a pocos metros de la cancha de cocos se disputan a diario partidos de ecuavoley.

En las mañas la cancha es ocupada por cooperativas de taxistas que llegan a juagar campeonatos o partidos amistosos. Niños, jóvenes y adultos se dan cita en el lugar para disputar partidos con apuestas ante la mira de vecinos espectadores que llenan la tribuna sin importar el frio o calor.