“Todo queda entre nos”

Carmen Zurita se casó a los 25 años de edad con Francisco Armas quien en aquel momento tenía 24; todo en el nuevo matrimonio estaba bien, pero un año más tarde, cuando su más ansiado deseo no llegaba empezaron a buscar ayuda con una especialista de salud sexual y reproductiva para que asistiera la consolidación de tan hermosa unión.

Francisco dice, “No sabíamos si iba a funcionar y realmente con el paso de los años ya el dinero invertido era lo de menos, queríamos tener un hijo pero las desilusiones eran continuas, un aviso de embarazo nos colmaba de emociones, semanas más tarde era falsa alarma”.

Carmen tomó tantas hormonas, medicamentos, hizo visitas a médicos cada 15 días quienes con diferentes instrumentos la examinaban para ver porque su útero no podía concebir, cada vez las esperanzas eran menores y después de todos los intentos cambiaron hospitales por orfanatos. “Pensamos en adoptar un hijo pero nunca lo intentamos por miedo, ya ve que los antiguos tenemos muchos miedos, es que no se sabe de donde puede venir el muchacho que alguna casa hogar nos pueda dar en adopción, ¿quienes serán sus padres? ladrones, drogadictos, ¡quién sabe! en algún momento van a volver arrepentidos por su hijo”; eran los temores que Francisco tenía, entre otros.

“Todos estos años de indecisión ya nos pusieron viejos y las esperanzas de un niño terminaron. Aprendimos a vivir en pareja, una familia de dos, Carmencita y yo”. A los 55 años en los chequeos que ya tenían por costumbre a Carmen le detectan un tumor fruto de todos los tratamientos para concebir, fue lo único que su útero si pudo alojar. Cuando la intervinieron y supieron que es maligno ya la vida perdía sentido, volvimos a los hospitales ahora para sacar su útero, los médicos dijeron que lo más seguro es que esto se había producido por la exhaustiva manipulación y por todos los medicamentos que los tratamientos reproductivos necesitan. Ahora entraban a quimioterapias, había mucho sufrimiento y seguían siendo solo los dos, Francisco debía trabajar porque como no teníamos un hijo que vea por ellos, estaban obligados a superarlo todo solos.

Meses más tarde Carmen tenía una gripe muy fuerte que los obligó a pasar una noche en el hospital, después de esa noche tuvo que someterse a muchos análisis y todo se complicaba más, le detectaron una fistula en el recto, esto es una fisura en el recto pero a Carmen esto le hacia defecar por la vagina. Los médicos le dijeron que necesitaban entrar a quirófano para reparar esto.

Al siguiente día se llevó a cabo la operación pero los médicos entraron y ni a la media hora volvieron a salir y le informaron a Francisco que Carmen tenía cáncer en el recto por lo que no solamente se debía cerrar la fistula sino que Carmen iba a perder esa parte de su sistema digestivo; después de esta intervención se recuperó de la anestesia que había en su cuerpo y le hicieron una colostomía, esto es una sonda que le ponen para que los desechos de los intestinos salgan por ahí.

Después de esa operación para Francisco “todo fue en decadencia yo sabía de su estado complicado pero los médicos siempre me decían que con los tratamientos se iba a poner mejor pero no era verdad, todo cada vez empeoraba”. Fueron 7 meses en total que Carmen aguantó dentro del hospital y Francisco su angustia.

En el 2015 se han registrado 57 casos de negligencia médica pero al igual que los otros años se encuentran en indagación o fueron derrochados por falta de pruebas. Los datos son altos, los tres primeros años. Lo complejo de estos datos es que generan controversia porque surge una pregunta, ¿las y los médicos, en realidad cometen estos homicidios? Lo que se debe castigar con la ley es la mala práctica.

El ex abogado del Hospital Carlos Andrade Marín afirma que “entre nos, nunca hay mala práctica médica, siempre hay una razón medicamente aceptable para justificar todo”, es por esto que los médicos no son juzgados solamente se presentan renuncias o indemnizaciones a familiares y se acaba el caso.

#salud #negligenciamédica #adopción #embarazo