En el psiquiátrico solo esperaban su muerte
- Por: Tahina Tasintuña
- 7 ago 2016
- 3 Min. de lectura

“Ni el psiquiátrico es un terrorífico lugar ni su casa el mejor espacio donde ellos quieran estar.”
En la ciudad de Quito existen tres hospitales psiquiátricos, el primero es en Conocoto, Julio Endara M.; el segundo es al norte de Quito, Sagrado Corazón y el último en el centro de la ciudad, San Lázaro donde Santiaguito de 22 años, llegó descontrolado y con unas alucinaciones. Sus familiares contaban que el pasaba gran parte de la semana fuera de la casa, tenía unos amigos que solo le incitaban a beber, un par de veces, dice su padre "lo encontré metiéndose una jeringuilla en el brazo". "la primera vez que lo ví me quede callado y con mucho dolor no atinaba que decir, pues con mi hijo nunca hemos tenido una buena comunicación... la segunda vez que lo encontré yo llegaba de trabajar, y fui dispuesto a pegarle y regañarlo, porque en toda la semana no hizo mas que drogarse y no llegar a dormir, yo soy su papá y si bien no le he dado lo que me ha pedido”. No tenemos una buena comunicación no hay noche que no lloré por verlo así y aun me preocupo más porque no tengo dinero para la ayuda médica que se necesita".
Una noche que se levanto gritando, corrió a mi habitación diciendo ¡papá! ¡papá! -yo no quiero que me lleven, ayúdame, ayúdame, por favor. El día que lo trajeron al hospital, lo encontraron detrás de la puerta del cuarto sentado, sujetando sus rodillas con sus brazos, a la vez que lloraba descontroladamente y tenía una mirada perturbada, pues no paraba de repetir "!yo la mate¡" "!yo la mate¡". Intentaron buscar algún cadáver, sangre o algo que indicara un asesinato pero al preguntarle a quien mató el afirmaba que asesinó sin piedad a Maribel, era su novia, pero ella estaba completamente a salvo.

Una ambulancia se lo llevó y luego de varios análisis y un proceso de desintoxicación de su organismo por las drogas que consumía, se lo internó en el hospital psiquiátrico San Lázaro. Su padre siempre dice que es irónico y triste porque en la vida nadie te dice que vas a tener un hijo "loco", nadie. Si su hijo fuera gay o tuviera otra enfermedad, podría vivir un poco más tranquilo, porque tendría una vida. Ahora, (se le van las lagrimas), no la tiene. Y se arrepiente por no haber actuado y corregido a su hijo cuando aún tenía la oportunidad para salvarlo. Hoy acuden a terapias periódicas según el su progreso de rehabilitación.
Actualmente San Lázaro se reguló de acuerdo al Convenio de Cooperación entre Ecuador y Brasil en el cual se desarrolla el proyecto "Fortalecimiento de los servicios de salud mental con enfoque de atención primaria en salud en la red de servicios del primer nivel de atención, con énfasis en participación comunitaria y redes sociales afines", el psiquiátrico como un centro de atención ambulatorio desde Julio del 2013.
El proyecto presenta un modelo comunitario de salud mental que pretende evitar que al paciente se lo excluya y aleje de sus familiares y de este modo promoverá la reinserción labora y social. “Los servicios de salud mental deben ser cercanos, difundidos, con conocimiento de la comunidad y sobre todo la participación del paciente y su familia”, explicó Enrique Aguilar, responsable de Salud Mental del Ministerio de Salud.
El comportamiento de cada paciente se presenta de acuerdo a la enfermedad o problema que tenga, por ejemplo hay gente que pasa todo el día discutiendo con alguien pero están solos. Otros prefieren arrinconarse en algún lado porque dicen que ven seres extraños que les persiguen y pasan con miedo todo el tiempo. Algunos hablan de algún tema en especial y a veces sin terminar sus oraciones o relatos inician otros temas sin sentido.
El método tradicional para tratar los problemas de pacientes en hospitales psiquiátricos no es tan efectivo como el nuevo proyecto implementado debido a que una vez internos, cualquier alteración en el comportamiento de las personas se resuelve con fármacos y no se da especial atención a las terapias psicológicas particulares de cada paciente. Se brinda un tratamiento de 10 minutos por paciente que no es suficiente para corregir traumas por lo tanto nunca iban a poder rehabilitarse, les quedaba esperar su muerte, ahora yo veo mayores esperanzas de reinserción social para los pacientes explica Olger Altamirano, psicólogo clínico.
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