Refugio de Portoviejo apto para todos
- Por: Tahina Tasintuña
- 7 ago 2016
- 2 Min. de lectura

“Quisiera ser pajarito con patitas de algodón para volar a tu pecho y tocarte el corazón” los amorfinos son parte de la de la identidad de toda la costa ecuatoriana, le dan un toque picaresco a las mañanas del campamento Mamey en Portoviejo en donde los miembros reciben a los visitantes con alegría porque generalmente esperan que llenen el lugar con esperanza y fortaleza.
Como consecuencia del terremoto del 16 de Abril de 2016 en el borde del continente toda la zona costera ecuatoriana sufría dolor, la perdida de bienes materiales y sobre todo la penuria de ver morir a sus seres queridos por un terremoto de 7,8 en la escala de Ritcher. La catástrofe dejó un balance de más de 660 muertos aproximadamente según la secretaría de gestión de riesgos.

Para el Concejo de Participación Ciudadana y Control Social es importante salvaguardar el bienestar de todos los sobrevivientes del terremoto en especial mantener optimas condiciones de vida para los grupos de atención prioritaria, detalles que se evidencian en el albergue Mamey en el que transexuales, niños y ancianos pueden convivir cómodamente sin tener que soportar ningún tipo de prejuicios.
“Además de las pérdidas humanas, el terremoto dejó puentes, carreteras, edificios destruidos y lo más lamentable son los niños huérfanos y corazones destruidos que no les bastará la vida para borrar el dolor que el sismo les dejó”, sin embargo, María José, representante de CPCCS en Portoviejo quien afirma que hay muchas cosas buenas que exaltar de esta catástrofe, por ejemplo, la convivencia respetuosa en este refugio, libre de violencia, un lugar apto para todos. La funcionaria espera que esta actitud se replique en toda la ciudad.
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